
De forma predeterminada, la aplicación Play Store en Android actualiza automáticamente todas las aplicaciones instaladas. Usualmente se podría pensar que esto es bueno, y en parte es así ya que las actualizaciones generalmente corrigen errores, fallas en la aplicación y traen mejoras de seguridad (algo importante en el caso de apps críticas como las bancarias, navegadores, gestores de contraseñas, etc.) así como de funcionalidad y diseño. Sin embargo, las actualizaciones también tienen su parte negativa. El hecho de que la aplicación cambie visualmente puede afectar tu familiaridad con ella. Suele ser frustrante que los botones y funciones que tenía hayan cambiado de lugar y te tome tiempo encontrar donde están ahora. En el peor de los casos, y no es nada extraño, varias funciones y características pueden ser eliminadas por los programadores.
Cambian o desaparecen funciones o características
Si bien los programadores de la aplicación pueden añadir funciones, mejoras y parches de seguridad en las aplicaciones, en varios casos también hacen cambios de funciones, diseño e incluso eliminan características que consideran poco útiles, se usan con poca frecuencia por los usuarios o son aprovechadas por un número despreciable de estos. Entre ese grupo pequeño de usuarios que usan tal o cual función puedes estar tú y tras actualizar la aplicación te encuentras con que la aplicación ya no hace tal o cual cosa que solías hacer o usar repetidamente.
Esto me ha pasado ya varias veces con apps como Firefox (que dejó de permitir la reproducción de YouTube en segundo plano en mi Motorola), Spotify (que no me permitía controlar el volumen con pantalla apagada durante una transmisión a Chromecast Audio), Microsoft tu teléfono (no poder abrir fotos con doble clic).
Es por esa razón que si estás contento con una aplicación, es mejor no actualizarla para evitar sorpresas tras una actualización.
Ocupan más espacio de almacenamiento

No es una regla general, pero con frecuencia las apps actualizadas usan más memoria o almacenamiento. Es por esa razón que se suele recomendar desinstalar las actualizaciones de las aplicaciones cuando el almacenamiento está lleno. Y esto es especialmente útil en celulares con poco espacio.
Información incompleta de la actualización
Muchos desarrolladores de aplicaciones solo hacen lo mismo que Netflix y Spotify, como se ve arriba. En las novedades de la aplicación mantienen siempre el mismo aviso invariable para todas las actualizaciones. Por lo tanto, deberás actualizar la aplicación, abrirla y explorarla por tu cuenta para encontrar algo de nuevo. A veces quizá ni siquiera encuentres un cambio visible, ya que la actualización solo pudo haber traído cambios «bajo el capó». Y respecto a esto, muchos desarrolladores en cambio solo ponen en las novedades «Corrección de errores» y «Mejoras varias», lo que te lleva de nuevo a la misma situación.
Por otro lado, algunos desarrolladores omitirán informar la eliminación de ciertas características en la aplicación, el problema que mencionaba al principio. Desafortunadamente, en política de novedades al parecer los desarrolladores pueden publicar lo que ellos quieran, literalmente. Google Play debería exigir un registro detallado de cambios y novedades, quizá dando la opción a los usuarios de reportar este tipo de logs de cambios incompletos o no existentes en absoluto.
Soluciones
Lo primero es desactivar las actualizaciones automáticas de aplicaciones. Así podrás elegir MANUALMENTE qué aplicación actualizar y cuándo hacerlo, analizando previamente las novedades de la nueva versión (si es que el desarrollador informa algo). Si por alguna razón la aplicación se ha actualizado accidentalmente y notas cambios que no son de tu agrado, siempre se puede desactualizar.
Cómo evitar que tus aplicaciones se actualicen automáticamente
Cómo actualizar tus aplicaciones o APKS sin la Google Play Store